NACIDOS DE LA LOCURA


Lo que se acumulaba en nuestras almas no era amor, sino locura. Y donde sobra la locura, sobra la felicidad. Quizás nuestra historia juntos siempre estuvo destinada a nacer de la locura. Y aunque el amor puede mover al mundo, la locura puede detener el tiempo. Y si nosotros nos adorábamos y el mundo nos miraba con ojos extraños, qué importaba, si nuestras sonrisas expresaban la magia de un sueño, el milagro de la locura, y la felicidad de dos almas amándose.

—Tony E. A. Rosas de Caramelo.

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