Mis besos vuelven a tu cuerpo, porque de ahí nacieron. Regresan a querer cultivarse en la humedad de tu lengua, a vivir en el epicentro de tus piernas, y a florecer en tus senos y en tu espalda. Y mi cariño se vierte sobre cada centímetro de tu piel, recordándote que conmigo siempre serás bien amada.
—Tony E. A.
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