DESPUÉS DE LA TORMENTA


Cuando tengas un nudo en el alma, llora tan fuerte como puedas. Debes entender que llorar no tiene nada de malo; muchas veces es necesario para liberar nuestras almas de cargas muy pesadas. Así que rompe en llanto sin temor. Desahógate. Libérate. Está bien caer, puedes quedarte llorando en el suelo todo el tiempo que necesites. Rómpete en pedazos. Y cuando finalmente la tormenta haya pasado, y decidas levantarte, primero asegúrate de recoger todos tus pedazos saludables y ponerlos de vuelta en ti. Después deshazte de todos tus pedazos que ya no te sirvan; no los necesitarás nunca más. Y cuando hayas terminado de reconstruirte, levántate y muéstrale al mundo una versión más fuerte de ti.

— Tony E. A.

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