Las buenas o malas decisiones que tomaste, ahora forman parte del pasado; y ahí se quedarán. Lo que debe importarte es el presente. Una persona puede tomar una mala decisión, y luego reflexionar para darse la vuelta y elegir un buen camino. Y de igual manera, una persona puede tomar una buena decisión, y luego desviarse para seguir avanzando por un mal camino. Y en cualquiera de los dos casos, eso no hace más, o menos, valiosa a una persona. Todos cometemos errores. Así que si alguna vez hiciste una mala elección, y ahora quieres cambiarla, puedes hacerlo con total libertad. Siempre es mejor dar un paso atrás para escoger y seguir el camino correcto. Reconocer nuestros errores y corregirlos es lo que nos permite mejorar.
— Tony E. A.
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