En este cuento no hay príncipes azules ni caballeros en resplandecientes armaduras. En este cuento hay una princesa, y ella es quien se salva a sí misma. Una princesa guerrera, de ésas que tropiezan, pero siempre se levantan. Una princesa que es capaz de protegerse a sí misma porque prefiere actuar en vez de esperar. Se salva porque se atreve a enfrentar al dragón para encontrar sus puntos débiles, porque no se deja engañar cuando un lobo intenta imitar el cariño de un ser querido, porque colecciona miedos para convertirlos en victorias e interesantes secretos. En este cuento, la princesa está orgullosa de ser como es; porque, aunque ella hubiera diseñado algunas partes de su cuerpo de otra forma, jamás cambiaría nada de lo que es ahora. En este cuento, la princesa es capaz de salvarse a sí misma porque aprendió a amarse y a aceptarse con todas sus imperfecciones. En este cuento, el verdadero héroe de la princesa es el amor propio.
— Tony E. A.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario