PERDÓNATE A TI MISMO


Y si por alguna razón llegas a perderla, no le pidas perdón a ella. Mejor perdónate a ti mismo, por haber sido tan idiota como para haberla dejado ir de tu vida. Perdónate a ti mismo, porque tendrás que aceptar por siempre que perdiste lo más valioso que alguna vez tuviste; tendrás que soportar por el resto de la historia que eres el idiota más grande que haya existido por haberla perdido.

— Tony E. A.

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