MUJER COMPLETA


Y cada vez que el mundo la rompía, ella tomaba sus mejores pedazos, y dejaba los peores en el suelo. Se reconstruyó una y otra vez hasta que se convirtió en una maravilla hecha de cicatrices. Comenzó a amarse lo suficiente hasta que se dio cuenta de que no quería pertenecerle a nadie más; porque ya no hacía falta nada más. Ella aprendió a ser suya. Ella aprendió a estar completa, totalmente completa. Demasiado completa. Tan completa que sabía exactamente qué quería ser, quién quería ser, y cómo quería serlo. Era una mujer tan completa que el miedo le tenía miedo.

— Tony E. A.

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