CAOS ESPERANDO A COINCIDIR


Había tanto fuego en nuestros torrentes sanguíneos, que nuestro amor podía llegar a ser tan catastrófico como un volcán en erupción. Éramos caos esperando a coincidir. Y cuando nuestros cuerpos se encontraban, nos destruíamos de la manera más linda; y en cada latido nos dejábamos saber que uno de los dos no saldría del fuego del otro con vida.

— Tony E. A.

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