UN ENCUENTRO CON LA LUNA


Anoche, la luna vino a tomar conmigo. Fue un encuentro bastante extraño, sin la noche envolviéndola para que pudiera brillar, ella parecía frágil y sin gracia. Me ofreció su tenue luz en vez de un trago, y comenzó a contarme sobre cómo a veces el mundo la veía incompleta.
—Creo que necesito enamorarme como lo hacen ustedes para que puedan verme completa; enamorarme de otros ojos, de otras historias, de otros brazos, de una sonrisa.
—Quizás tú no lo sepas, pero las mujeres más fuertes hemos aprendido de ti que no hace falta estar acompañadas para estar completas. Aprendimos que lo más importante es que siempre debemos amarnos a nosotras mismas primero, porque nuestras sonrisas sostienen la esperanza de las estrellas. Así que si decidimos tener un hombre en nuestra vida es siempre por elección y nunca por necesidad.

— Tony E. A.

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