NO FUE UN ACCIDENTE


Ese beso no fue ningún accidente. Cuando tus labios se apretaron contra los míos, todo se detuvo, el viento que nos acariciaba a través de nuestros cabellos ya no se podía sentir, la naturaleza enmudeció, y dos corazones latieron como uno. Y cuando nos alejamos, el mundo volvió a girar una vez más, pero nuestros corazones latían fuera de nuestros pechos.

—Tony E. A.

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